Prolapso vaginal posterior (rectocele)
El prolapso vaginal posterior, también conocido como rectocele, ocurre cuando el tejido que separa el recto y la vagina se debilita o se desgarra, lo que hace que el recto empuje la pared vaginal. Esto puede ser causado por desgarros relacionados con el parto, esfuerzo crónico al evacuar las heces, y actividades que ejercen presión sobre los tejidos pélvicos. En algunos casos, un prolapso vaginal posterior puede no presentar síntomas, pero en casos más graves puede haber una protuberancia de tejido en la vagina, dificultad para defecar y sensación de presión en el recto. Se pueden realizar ejercicios de Kegel, usar un pesario vaginal o, en casos severos, someterse a cirugía para tratar el prolapso vaginal posterior.
El diagnóstico del prolapso vaginal posterior se realiza a través de un examen pélvico que puede incluir esfuerzo y contracción de los músculos pélvicos. En casos más complejos, se pueden realizar pruebas de imágenes como resonancias magnéticas o radiografías, y defecografías para evaluar la función del recto.
Fuente: Ampliar en la fuente del artítuclo